Que mejor ocasión que la fiesta de san Ignacio para recordar
su oración: “Tomad, Señor y recibid”. En ella se expresa su experiencia y
espiritualidad de totalidad en el ofrecimiento de todo lo que somos y tenemos.
Una osadía para los tiempos que corren pero que puede inspirar tu propia vida. Enlazar a la canción
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