Espiritu de Sabiduria. Con este Don aprendemos a ver las cosas, no sólo con la inteligencia sino también, con el corazón, como Dios las ve y comunicarlas de tal manera que los demás perciban que Dios actúa en sus vidas: en lo que piensan, dicen y hacen.
Espiritu de Inteligencia. Con este Don podemos conocer y comprender las cosas de Dios, descubrir inteligentemente, sobre todo en las páginas del Evangelio, cómo es su manera de ser y actuar. El Don de la Inteligencia es una luz especial que puede llegar a todas las personas y muchas veces tiene sus frutos en los niños y en la gente más sencilla.
Espiritu de Consejo. Se trata de tener la capacidad de escuchar al Señor que nos habla y tratar de discernir y juzgar las cosas a la luz de Dios. El Don de Consejo nos ayuda a enfrentar mejor los momentos duros y difíciles de nuestra vida, al mismo tiempo nos da la capacidad de aconsejar, inspirados por el Espíritu Santo, a quienes nos piden ayuda, a quienes necesitan palabras de aliento y vida.
Espiritu de Fortaleza. Este Don nos da la firmeza interior necesaria para superar los momentos duros y difíciles de nuestra vida. Viene en ayuda de nuestra debilidad. Es allí donde necesitamos el Don de la Fortaleza y pedir al Señor que nos ilumine.
Espiritu de Ciencia. Este Don nos ayuda a descubrir la presencia de Dios en el mundo, en la vida, en la naturaleza, en el día, en la noche, en el mar, en la montaña. El Espíritu de Ciencia nos descubre nuestro fin sobrenatural y los medios adecuados para alcanzarlo, nos permite discernir entre el bien y el mal y nos hace mirar a las personas y las cosas con los ojos de Dios.
Espiritu de Piedad. El Don de Piedad nos permite acercarnos confiadamente a Dios, hablarle con sencillez, abrir nuestro corazón de hijo a un Padre Bueno del cual sabemos que nos quiere y nos perdona. Este Don nos ha de motivar a la oración y al encuentro profundo con el Señor y disfrutar de la presencia del Señor en nuestra vida.
Espiritu de Temor de Dios. Aquí no se trata de tenerle miedo a Dios, sino más bien sentirse amado por Él. Cuando se descubre el amor de Dios lo único que deseamos es hacer su voluntad y sentimos temor de ir por otros caminos. Con este Don tenemos la fuerza para vencer los miedos y aferrarnos al gran amor que Dios nos tiene.
Espiritu de Inteligencia. Con este Don podemos conocer y comprender las cosas de Dios, descubrir inteligentemente, sobre todo en las páginas del Evangelio, cómo es su manera de ser y actuar. El Don de la Inteligencia es una luz especial que puede llegar a todas las personas y muchas veces tiene sus frutos en los niños y en la gente más sencilla.
Espiritu de Consejo. Se trata de tener la capacidad de escuchar al Señor que nos habla y tratar de discernir y juzgar las cosas a la luz de Dios. El Don de Consejo nos ayuda a enfrentar mejor los momentos duros y difíciles de nuestra vida, al mismo tiempo nos da la capacidad de aconsejar, inspirados por el Espíritu Santo, a quienes nos piden ayuda, a quienes necesitan palabras de aliento y vida.
Espiritu de Fortaleza. Este Don nos da la firmeza interior necesaria para superar los momentos duros y difíciles de nuestra vida. Viene en ayuda de nuestra debilidad. Es allí donde necesitamos el Don de la Fortaleza y pedir al Señor que nos ilumine.
Espiritu de Ciencia. Este Don nos ayuda a descubrir la presencia de Dios en el mundo, en la vida, en la naturaleza, en el día, en la noche, en el mar, en la montaña. El Espíritu de Ciencia nos descubre nuestro fin sobrenatural y los medios adecuados para alcanzarlo, nos permite discernir entre el bien y el mal y nos hace mirar a las personas y las cosas con los ojos de Dios.
Espiritu de Piedad. El Don de Piedad nos permite acercarnos confiadamente a Dios, hablarle con sencillez, abrir nuestro corazón de hijo a un Padre Bueno del cual sabemos que nos quiere y nos perdona. Este Don nos ha de motivar a la oración y al encuentro profundo con el Señor y disfrutar de la presencia del Señor en nuestra vida.
Espiritu de Temor de Dios. Aquí no se trata de tenerle miedo a Dios, sino más bien sentirse amado por Él. Cuando se descubre el amor de Dios lo único que deseamos es hacer su voluntad y sentimos temor de ir por otros caminos. Con este Don tenemos la fuerza para vencer los miedos y aferrarnos al gran amor que Dios nos tiene.
Muchas gracias por compartir estas lineas sobre los dones del Espíritu Santo
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