Hay días que estás que muerdes. Cualquier excusa es buena para saltar. Basta que suceda algo inesperado y lo que se ha estado cociendo sale disparado. Y la cuestión es que acaban pagando "justos por pecadores". Y se acaba haciendo problema de lo que simplemente ha sido la excusa perfecta para permitirte expresar tu rabia.
p
Sorprende los líos que podemos llegar a organizar, creyendo que "el" problema está fuera de nosotros. Y esta suele ser una idea bastante extendida: echar balones fuera. Es una incapacidad para la autocrítica, para mirarse a uno mismo y atreverse a decirte a ti mismo qué es lo que a ti te está pasando.
p
Algo así supone asumir la propia responsabilidad y no parece que el personal esté por la labor. Es más fácil echarle la culpa a los demás.
No hay comentarios :
Publicar un comentario