21 julio 2009

Manuel García Morente

“En el relojito de la pared sonaron las doce la noche. La noche estaba serena y muy clara. En mi alma reinaba una paz extraordinaria. Aquí hay un hueco en mis recuerdos. Debí quedarme dormido. Mi memoria recoge el hilo de los sucesos en el momento en que me despertaba bajo la impresión de un sobresalto inexplicable. No puedo decir exactamente lo que sentía: miedo, angustia, aprensión, turbación, presentimiento de algo inmenso, formidable, que iba a suceder ya mismo, en ese mismo momento, sin tardar. Me puse de pie todo tembloroso y abrí de par en par la ventana. Una bocanada de aire fresco me azotó el rostro. Volví la cara hacia el interior de la habitación y me quedé petrificado. Allí estaba Él, yo no lo veía, no lo oía, yo no lo tocaba, pero Él estaba ahí.
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En la habitación no había más luz que la de una lámpara eléctrica de esas diminutas, de una o dos bujías, en un rincón. Yo no veía nada, no oía nada, no tocaba nada, no tenía la menor sensación, pero Él estaba ahí. Yo permanecía inmóvil, agarrotado por la emoción. Y le percibía. Percibía su presencia con la misma claridad con que percibo el papel en que estoy escribiendo y las letras, negro sobre blanco, que estoy trazando, pero no tenía ninguna sensación ni en la vista ni en el oído, ni en el tacto, ni en el olfato, ni en el gusto. Sin embargo, le percibía allí presente con entera claridad y no podía caberme la menor duda de que era Él.
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No sé cuanto tiempo permanecí inmóvil y como hipnotizado ante su presencia. Si sé que no me atrevía a moverme y que hubiera deseado que todo aquello, Él allí, durara eternamente, porque su presencia me inundaba. ¿Cuándo terminó la estancia de Él allí? No lo sé. Terminó. En un instante desapareció. Una milésima de segundo antes estaba Él allí y yo le percibía. Una milésima de segundo después, ya no estaba. Ya no había nadie en la habitación”.

2 comentarios :

  1. El texto me parece magnífico y supongo que es la descripción de lo que creo recordar que García Morente llamaba "el hecho extraordinario", pero no estaría de más indicar la fuente para poder leer más.

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  2. El texto está recogido en el Volumen II de las Obras completas de García Morente

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