Desde sus inicios, la Compañía de Jesús ha orado por las vocaciones. Hasta nosotros ha llegado una de aquellas primeras oraciones compuesta por uno de los primeros jesuitas:
Señor Jesús, te pedimos que llames a los que has de llamar,
que envíes a los que ha s de enviar
para trabajar por la Iglesia en tu Compañía.
Nosotros somos inútiles,
más de lo que podemos imaginarnos.
Por eso, cumple, Señor Jesús, lo que tienes dispuesto,
a pesar de que nosotros podemos impedirlo y corromperlo,
con nuestra debilidad y nuestra ignorancia,
con nuestra negligencia y nuestro pecado.
P.Jerónimo Nadal, SJ
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