“En un mundo rasgado por la violencia, las luchas y la
división, también nosotros somos llamados, junto a otros, para llegar a ser
instrumentos de Dios, que “estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin
pedirle cuentas de sus pecados”. Esta reconciliación nos llama a construir un
nuevo mundo de relaciones justa.” (Congregación General 35, decreto 3 "Desafíos para nuestra
misión", n. 16)
Oremos. Señor y Padre nuestro, enséñanos a vivir nuestra
vocación de jesuitas participando en tu sacerdocio como servicio de
reconciliación. Haz que, fieles a nuestra tradición, sepamos tender puentes
superando las fronteras, en medio de las divisiones de un mundo fragmentado.
Por Jesucristo nuestro Señor.
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