“Lo
que ha constituido la verdadera grandeza de Luis Gonzaga es que, siendo hijo de
una Casa ilustre, emparentado con príncipes, cardenales y papas, rebelde contra
su ambiente, al que perteneció por fuerza, fue un auténtico hijo de San Ignacio
y discípulo, gozoso y fiel, del Rey verdadero. Luis aceptó todas las
consecuencias de esta adhesión, no sólo cambiando su estilo de vida que parecía
intocable, sino asumiendo radicalmente una vida de pobre, con Cristo pobre y
siempre rodeado de pobres. Y acabó dando su vida por los pobres, ayudando a los
apestados, abandonados, en las calles de Roma.
No puede extrañar, por tanto, el
que hoy día, en muchos países, las víctimas del Sida hayan reconocido
espontáneamente en él a su intercesor y que se propague cada vez más la imagen
de Luis Gonzaga llevando en hombros las víctimas de la peste de nuestros
tiempos”
P.Kolvenbach en el IV centenario de la muerte de san Luis Gonzaga
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