12 mayo 2012

Aquí estoy


Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Yo esperaba con ansia al Señor; 
él se inclinó y escuchó mi grito;
 me puso en la boca un cántico nuevo, 
un himno a nuestro Dios.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas y, 
en cambio, me abriste el oído; 
no pides sacrificio expiatorio, 
entonces yo digo: “Aquí estoy”.

Como está escrito en mi libro, 
“para hacer tu voluntad”. 
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en mis entrañas.
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; 
no he cerrado los labios. Señor, tú lo sabes.

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