12 diciembre 2011

Responded generosamente

“En lo más intimo del corazón de cada chico y cada chica, que se asoma a la vida, cultiva el sueño de un amor que dé un sentido pleno al propio futuro. Para muchos esto se cumple en la elección del matrimonio y en la formación de una familia donde el amor entre un hombre y una mujer sea vivido como un don recíproco y fiel, como un don definitivo, sellado por el “sí” pronunciado frente a Dios el día del matrimonio, un “sí” para toda la existencia.

A quien confía en Dios nada es imposible. Esto vale para quien está destinado a la vida matrimonial, y más aún, para aquellos a quienes Dios propone una vida de total desprendimiento de los bienes de la tierra para estar a tiempo lleno dedicado a su Reino. Entre vosotros hay algunos que están encaminados hacia el sacerdocio, hacia la vida consagrada; algunos que aspiran ser misioneros, sabiendo cuantos y cuales riesgos corren.

Queridos jóvenes, si el Señor os llama a vivir más íntimamente a su servicio, responded generosamente. Estén seguros: la vida dedicada a Dios no se gasta nunca en vano."

Benedicto XVI

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