"Encontrar la vida divina en las profundidades de la realidad es una
misión de esperanza confiada a los jesuitas. Recorremos de nuevo el
camino que tomó Ignacio. Como en su experiencia, también en la
experiencia, puesto que se abre un espacio de interioridad en el que
Dios actúa en nosotros, podemos ver el mundo como un lugar donde Dios
actúa y que está lleno de sus llamadas y de su presencia.
Así nos adentramos con Cristo, que ofrece el agua viva, en zonas del
mundo áridas y sin vida. Nuestro modo de proceder es descubrir las
huellas de Dios en todas partes, sabiendo que el Espíritu de Cristo está
activo en todos los lugares y situaciones y en todas las actividades y
mediaciones que intentan hacerle más presente en el mundo".
Congregación General 35
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