En el corazón del mundo,
en su entraña,
en su primer y último aliento
late un Amor infinito.
Habita en su memoria
y en su esperanza,
enciende cada anhelo.
Es pasión y paciencia,
tesón y riqueza,
camino y encuentro,
inicio y llegada,
es hombre y es Dios.
Es respuesta a tantas
preguntas,
y misterio
impenetrable.
Es la tierra
en que podemos
plantar nuestra raíz
para que cada vida
sea fecunda.
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