29 septiembre 2010

Horizonte

Todos aspiramos a que nuestra vida camine hacia una cierta plenitud, hacia un horizonte de sentido al que dirigir nuestros pasos. Es una aspiración esencial que nos constituye. Una aspiración que se expresa de diferentes maneras y con distintas intensidades. Es un deseo primordial que nos habita y nos acompaña permanentemente como un motivo último.

Ese horizonte te lo encuentras. No es una conclusión a la que llegas tras un período de reflexión. Es más bien un impulso que lo impregna todo y lo afecta todo. Cuando este movimiento del corazón se hace consciente, cuando deja de ser una sensación y empieza a ser una certeza, se despierta en la persona un potencial capaz de orientarlo. Pero cuando no existe ese horizonte o no está claro, las personas nos sentimos perdidas... ¿alguna vez te has sentido así?

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