15 mayo 2010

Ruega por nosotros

María: Tú has sido capaz de dar, en plenitud, el sí a la propuesta y a los planes de Dios. Únicamente tú te has entregado, en absoluta disponibilidad, a su voluntad amorosa y providente.Miramos tu ejemplo, que nos ilumina y es estímulo que nos impulsa hacia el compromiso cristiano en la vida.

Sentimos muchas veces, sin duda, la exigencia de Dios, su invitación o llamada, a participar en la realización de sus designios, grandes o humildes, importantes o de rutina diaria.

Madre nuestra María, enséñanos a abrirnos al Señor, a estar pendientes de su voz, y a decir SÍ con alegría.

Tu sí del primer momento, se prolongó en fidelidad a todo lo largo y ancho de tus días. La voluntad de Dios fue tu alimento, su palabra el impulso para todos tus actos. Danos fortaleza para aceptar lo costoso, lo amargo y lo difícil de nuestra vida; danos constancia para cumplir hasta el fin, lo que reclama la vocación que Dios nos ha dado.

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