08 febrero 2010

Orar en medio de la ciudad

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Vuelve tu oído
al Cielo y oye
el sonido de dentro,
el sonido de ángeles,
el sonido de canciones de ángeles
y todo esto para un Rey.
Podríamos unirnos y cantar
“¡Todo para Cristo el Rey!”

Cuán constante,
cuán divina
esta canción nuestra subirá.
Oh, cuán constante,
cuán divino
este amor nuestro subirá,
se elevará

¡Oh, alábale!
¡Oh, alábale!
¡Él es Santo!
¡Él es Santo, sí!

Vuelve tu mirada
al Cielo y eleva
un ruido gozoso.
Oh, el sonido de salvación venida.
El sonido de los rescatados.
Y todo esto para un Rey.
Los ángeles se unen para cantar
“¡Todo para Cristo el Rey!”

Oh la, la, la, la, la
Cuán infinito y dulce
este amor que tanto rescata
Oh cuán infinitamente dulce
este gran amor que ha redimido.
Como uno, cantamos
¡Aleluya!
¡Aleluya!
¡Él es Santo!
¡Él es Santo, sí!

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