María, a la que veneramos bajo la advocación de Señora de la Strada, nos guíe en el camino y sea para nosotros maestra en el cantar las grandes obras que continuamente realizas por nosotros. La Virgen Santa sostenga nuestra obediencia, nos confirme en la humildad, extienda nuestros corazones al mayor bien de las almas, y dé vigor a la oración que unos por otros elevamos con alegría a ti. | Que implore de tu bondad, como Madre cuidadosa, la plenitud de tu bendición el don del Espíritu de paz ya que solo en ti confiamos, solo en ti esperamos, solo en ti resplandecemos de caridad evangélica. De nuevo, Señor, te ofrecemos toda nuestra libertad, volviéndote a entregar lo que tú nos has regalado y que reconocemos como tuyo, para que tú dispongas de ello según tu voluntad: danos tu amor y tu gracia que ésta nos basta. |
05 octubre 2009
Nuestra Señora de la Vocación
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