Deseaba entregarse de corazón y así lo hizo. Hasta ese momento lo había estado posponiendo, como si quisiera acallar lo que estaba sucediendo en el corazón. Llegó un día en que aquel deseo se le impuso con una suavidad que lo violentaba.
pEl deseo tomó forma en una llamada a vivir como Jesús. Se entregó con la pasión del que ha sido alcanzado y con la audacia del que ha decidido dejar de calcular. No se lo explica, pero así le está sucediendo.
pPero ha sido necesario que pasara el tiempo para que se empezara a verse despojado incluso del sueño que tenía de entregarse. Comienza a entender que si quiere seguir a Jesús debe incluso dejar esos sueños en los que se estaba apoyando y empezar a caminar tras Él de un modo que le resulta tan inaudito como incomprensible. Desea entregarse de corazón y así lo está haciendo.
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