Hoy sábado en la Basílica de Loyola, Antonio, Dani y Alberto, novicios jesuitas, harán sus primeros votos en la Compañía de Jesús. Ofrecemos el testimonio de uno de ellos, Antonio
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Después de estos dos años de Noviciado en San Sebastián me dispongo a hacer los primeros votos en la Compañía de Jesús junto a Daniel y Alberto. Parece que el único sí que se Ie da a Dios al sentir la llamada a la Vida Consagrada es entrar al noviciado. Con el tiempo uno se va dando cuenta de que no es así. Cada día es un nuevo sí al Señor, pero también vamos siendo conscientes de que la iniciativa la tiene Él.
Esto no significa que a mí no me corresponde hacer nada sino que he de tomar una decisión, he de hacer algo con esta invitación recibida. Esto ahora se pone de relieve en los votos que, Dios mediante, haremos el sábado y que son símbolo de un deseo de entrega total a Dios y su misión, de un querer identificarse más con Jesús de Nazaret para ir descubriéndole en cada momento de la vida e impregnarse de su modo de estar en el mundo, para ir respondiendo con nuestra vida a la pregunta que nos hace el Evangelio: ¿Quién dices tú que soy yo?
Haremos los votos en el corazón de la iglesia, la Eucaristía; esto nos dice que a partir de ahora, como todos los bautizados y bautizadas, estamos llamados a ser Cuerpo y Sangre de Cristo. Pedimos vuestra oración para que el Señor nos de la fuerza para ser fieles y perseverantes en esta vocación recibida.
Esto no significa que a mí no me corresponde hacer nada sino que he de tomar una decisión, he de hacer algo con esta invitación recibida. Esto ahora se pone de relieve en los votos que, Dios mediante, haremos el sábado y que son símbolo de un deseo de entrega total a Dios y su misión, de un querer identificarse más con Jesús de Nazaret para ir descubriéndole en cada momento de la vida e impregnarse de su modo de estar en el mundo, para ir respondiendo con nuestra vida a la pregunta que nos hace el Evangelio: ¿Quién dices tú que soy yo?
Haremos los votos en el corazón de la iglesia, la Eucaristía; esto nos dice que a partir de ahora, como todos los bautizados y bautizadas, estamos llamados a ser Cuerpo y Sangre de Cristo. Pedimos vuestra oración para que el Señor nos de la fuerza para ser fieles y perseverantes en esta vocación recibida.
Hermanos Antonio, Dani y Alberto: qué alegría hacer los votos religiosos en el corazón de la Iglesia, en la Eucaristía, junto a María Nuestra Madre.
ResponderEliminarQuiero dejarles un trocito de una encíclica de Juan Pablo II:
"En el relato de la institución, la tarde del Jueves Santo, no se menciona a María. Se sabe, sin embargo, que estaba junto con los Apóstoles, « concordes en la oración » (cf. Hch 1, 14), en la primera comunidad reunida después de la Ascensión en espera de Pentecostés. Esta presencia suya no pudo faltar ciertamente en las celebraciones eucarísticas de los fieles de la primera generación cristiana, asiduos « en la fracción del pan » (Hch 2, 42). Ecclesia De Eucharistia.
Los encomiendo en este día a Jesús y María, un saludo fraterno,
H.Inés
Que orgullo hemos de sentir.
ResponderEliminarEnhorabuena -Felicidades.