"Muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo, alejados por múltiples motivos de las grandes tradiciones religiosas, no renuncian por ello a cultivar su espíritu. Estamos en un mundo plural y cambiante y, por tanto, la definición del espíritu es difícil de precisar. Pero parece que los distintos itinerarios confluyen en algunos puntos fuertes:
- el cultivo de una sensibilidad humana profunda que dé, a la vez, empatía y capacidad de discernimiento;
- la salida de la perspectiva espontáneamente egocéntrica con la que nos situamos ante las personas y ante toda realidad;
- la búsqueda de una manera de ver y vivir el mundo de una manera pacificada, compasiva y solidaria.
Trabajar el espíritu puede significar también “desarrollar calidad humana”. En todo caso, la persona “espiritual” es la que busca, discierne e intenta dar cuerpo a las grandes opciones de la vida, desde una gran libertad inspirada en el amor."
P.Adolfo Nicolás, SJ
tomado de la Conferencia en el 50 aniversario de ESADE
- el cultivo de una sensibilidad humana profunda que dé, a la vez, empatía y capacidad de discernimiento;
- la salida de la perspectiva espontáneamente egocéntrica con la que nos situamos ante las personas y ante toda realidad;
- la búsqueda de una manera de ver y vivir el mundo de una manera pacificada, compasiva y solidaria.
Trabajar el espíritu puede significar también “desarrollar calidad humana”. En todo caso, la persona “espiritual” es la que busca, discierne e intenta dar cuerpo a las grandes opciones de la vida, desde una gran libertad inspirada en el amor."
P.Adolfo Nicolás, SJ
tomado de la Conferencia en el 50 aniversario de ESADE
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