27 agosto 2009

El vaivén vocacional

"Hay momentos en que uno no puede reservarse". Así se expresaba el P.Arrupe al comentar las razones que le llevaron a atender a los heridos por la bomba atómica de Hiroshima. Una situación excepcional la que le tocó vivir, cierto, pero hay disposiciones del corazón que no se improvisan.
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Llevas tiempo que te ronda el deseo de entregar tu vida como el Señor, con una totalidad que te extraña a ti mismo. En ocasiones, ese deseo aparece con intensidad y toma forma vocacional. Luego, aminora y vuelves a lo de siempre como siempre. Te parece razonable ya que piensas que es imposible que seas capaz de vivir algo así. Es una razón comprensible y lo dejas pasar. Estás cargado de razones parecidas... pero el deseo sigue ahí y cuando menos te lo esperas reaparece.
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Hay momentos en que uno no puede reservarse.

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