El Señor completará su plan sobre mí

El Señor completará su plan sobre mí. Tu lealtad, Señor, es eterna; no abandones la obra de tus manos (Salmo 138)

Estas palabras me consuelan mucho en estos momentos, Señor.
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Sé que tienes un plan sobre mí, sé que has comenzado tu obra en mí, y sé que tú llevas a cabo todo lo que comienzas. Por eso estoy tranquilo. Estoy en buenas manos. La obra está en marcha. No me quedaré a medio camino. Estoy cierto de que me llevaras hasta el final. Gracias, Señor...
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Tú me diste los deseos; dame ahora la realización de esos deseos. Tú me invitaste a asumir compromisos; dame ahora la fuerza para cumplirlos. Tú me inspiraste a emprender mi camino hacia ti; dame ahora la perseverancia para llegar...
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Estoy a mitad de camino y siento las dificultades, la duda, la fatiga. Por eso, siento hoy un gran consuelo al saber que tú estás firme en tu compromiso, en tu promesa.
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Esto me da esperanza, cuando fallen mis fuerzas, y valor, cuando vacile mi fe. Yo podré fallar, pero tú no. Tú te has comprometido conmigo, y vas a cumplir tu compromiso hasta el final....
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¡Señor, no abandones la obra de tus manos!