28 marzo 2009

Consagración de nuevos diáconos

En la ordenación diaconal de nuestros siete compañeros jesuitas, el obispo que los consagrará dirá:pp

"En los comienzos de la Iglesia, los apóstoles de tu Hijo, movidos por el Espíritu Santo, eligieron, como auxiliares suyos en el ministerio cotidiano, a siete varones acreditados ante el pueblo a quienes, orando e imponiéndoles las manos, les confiaron el cuidado de los pobres, a fin de poder ellos entregarse con mayor empeño a la oración y a 1a predicación de la palabra.

Te suplicamos, Señor, que atiendas propicio a estos tus siervos, a quienes consagramos humildemente para el orden del diaconado y el servicio de tu altar.

Envía sobre ellos, señor, el Espíritu Santo, para que fortalecidos con tu gracia de los siete dones desempeñen con fidelidad el ministerio.

Que resplandezca en ellos un estilo de vida evangélica, un amor sincero, solicitud por pobres y enfermos, una autoridad discreta, una pureza sin tacha y una observancia de sus obligaciones espirituales.

Que tus mandamientos, Señor, se vean reflejados en sus costumbres, y que el ejemplo de su vida suscite la imitación del pueblo santo; que, manifestando el testimonio de su buena conciencia, perseveren firmes y constantes con Cristo, de forma que imitando en la tierra a tu Hijo que no vino a ser servido sino a servir, merezcan reinar con él en el cielo."

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