
No me dejes satisfecho en los conceptos donde te apreso, ábrelos al saber de ti que no cabe en mi certeza. No recorras conmigo mis calles hasta mi meta fijada, desvíame contigo por las veredas de tu porvenir.
No permitas que te encierre dentro de mi pecho posesivo, distiéndeme entero y con gozo en el juego incesante de tu vida. No me hagas caso Señor, contempla mi ser entero, escucha mis raíces milenarias, y la ambigua claridad de mi deseo. Escúchame en el Espíritu que vive dentro de mí, y me expresa dentro de ti más allá de lo que digo.
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