ESCUELA DE ADULTOS EN UN BARRIO MARGINAL
Se trata de la originalidad y el desenfado de un puñado de hombres y mujeres que ayudados por jesuitas tomaron en sus manos la dirección de sus vidas, que prejuicios y desidias habían confinado a un rincón de la sociedad. Decidieron aprender, educarse, poner letra a su cultura.
La historia comienza a mitad de los años setenta cuando algunas jesuitas comenzaron a convivir con gitanos en diversas barriadas de Granada.
La convivencia se extendía a encuadrarse con ellos en trabajos de recolección en el campo o de albañilería. En las manos del jesuita P. Aldolfo Chércoles hay trazos indelebles de muchas horas compartidas desde aquel entonces con sus amigos gitamps en esos trabajos rurales o de construcción.
Maestros (“monitores”) y alumnos viven juntos, son vecinos, y se enfrentan con los mismos problemas, y comparten entusiasmo por abrirse paso en una sociedad que les exige un pasaporte de conocimientos ajenos a su cultura. La asistencia a las clases es una señal positiva del cambio que se va operando en ellos. La escuela, abierta a TODOS, es el rincón más bonito del Polígono, lugar de encuentro donde tantas personas han podido y pueden conocerse y relacionarse en libertad.
Extracto del artículo de Ignacio Molina, SJ
Anuario Compañía de Jesús 2009
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