29 noviembre 2008

Vicente Cañas

Vicente Cañas nació en 1939 en Alborea (Albacete). En 1961 entra en el noviciado de la Compañía. En 1966 llega a Brasil y conoce a Pedro Casaldáliga. En 1974 encontró al pueblo que marcó su vida y su futuro, los Enawenê Nawê, los benedictinos de la Amazonia, como los llegó a llamar, con los que se fue a vivir años más tarde. Probablemente le mataron el 6 de abril de 1987, aunque su cadáver no se descubrió hasta el día 16 de mayo. Una sencilla piedra sacada del lecho del río marca el lugar donde está enterrado. Grabado en ella se puede leer: Kiwxí, el nombre intraducible con el que los indios le llamaban.

El Hermano Vicente era un excelente cocinero, sensible enfermero, buen mecánico, avezado pescador, hábil cazador y, en los últimos años, perito dentista... Un hombre fuera de lo común; hombre de frontera que se vio abocado a hacer decisiones arriesgadas. Vicente nunca dejó de ser un hombre libre y auténtico. Radical sin estar radicalizado, mantuvo sus opiniones fundamentales frente a cualquier autoridad humana. La responsabilidad que había asumido con el pueblo Enawene-Nawe exigía fuerza y constancia si quería permanecer en el rumbo iniciado. En la frontera cultural y religiosa en la que vivía, Vicente se había pasado con armas y bagaje a los Enawene-Nawe. No llevaba una doble vida como tampoco vestía dos camisas. La práctica de la religiosidad indígena era su fe cristiana. No lo explicaba sino que lo vivía con mucha tranquilidad y sin ningún escrúpulo de conciencia…: No es cómodo tener por compañero de vida y vocación a un mártir; menos aún, un mártir como Vicente. Su recuerdo abrasa por dentro y exige mucho. Es una gracia de Dios.

( Semblanza redactada por su compañero jesuita Bartolomé Meliá, de la provincia de Paraguay )

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