El proceso de los Ejercicios constituye una pedagogía de la oración difícilmente superable. La oración, para no ser ‘ilusa’, tenía que estar implicada con la vida. Por ello, Ignacio pretenderá llevar a la persona a encontrar a Dios en todo, partiendo de que Dios y el mundo no son dos ‘realidades’ incomunicadas y contrapuestas: hay una única historia, que es historia de salvación, sagrada y profana a la vez. Sentido unitario, el de san Ignacio, que culmina en una trabazón teñida de espontaneidad entre contemplación y acción.
Adolfo Chércoles SJ
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