29 octubre 2008

Vocación de servicio

"La alegría en la llamada al sacerdocio ha sido siempre la tónica general de mi vida. En todos estos años el Señor ha querido regalarme el convencimiento que debemos fijarnos en Él para renovar nuestra esperanza. Que vivir de una manera distinta y luchar por aquello que parecen causas perdidas, es posible. Ese es el "magis" ignaciano que me enamoró desde el principio y que en los últimos años me ha permitido acercarme al mundo del dolor, sobretodo a los niños, a los que sufren injustamente. Ponerme a sus pies ha sido para mí la concreción de ese "magis". Él, Señor de la Esperanza, ha sabido renovar en mí, tras cada caída en el camino, la verdadera fuente de la vocación. Ahora, como sacerdote se abre para mí un nuevo horizonte de encuentro con el prójimo; un nuevo modo de vivir y de servir. Me siento pequeño y frágil ante tanto bien recibido y al mismo tiempo, cada vez más animado y sostenido. La Esperanza que recibo es lo que siento que Dios me pide que lleve al mundo. Por eso, ojalá no deje de repetir con mi vida y mi palabra, que si de algo nos tenemos que preocupar es precisamente de poner "en Él sólo nuestra Esperanza".

Sergio García Soto, sj
Ordenado sacerdote el pasado 28 junio

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