Los Evangelios conservan el recuerdo de Jesús orante. Se apartaba del grupo, se adentraba en la noche y en el corazón del Padre. | Ahora quiero poner en tus manos a este pequeño rebaño que me has confiado y, aunque se dispersen en medio de la niebla, dales la seguridad de que yo me pondré de nuevo delante de ellos e iré delante de ellos a Galilea, la Galilea en que comenzó todo para nosotros. |
23 agosto 2008
pppp
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