Padre y Maestro Ignacio, escrutador de los caminos de Dios, amigo fiel del Señor, humilde servidor de Cristo y del Evangelio bajo el estandarte de la cruz, buscador incansable de la mayor gloria de Dios a través del discernimiento y de la oración, dócil a la obediencia al Señor y a la Iglesia su esposa; Tú que no has buscado riquezas y honores, sino que has preferido ser pobre con Cristo pobre, despreciado con Cristo humillado, con tal que fuese anunciado a todos el santo Nombre de Jesús en quien está la salvación, intercede por nosotros ante el Padre de las misericordias, para que en este tiempo de gracia podamos buscar y encontrar en todo su divina presencia y conocer su voluntad. | Al Eterno Rey de todas las cosas confiamos esta mínima Compañía, que no ha sido instituida por medios humanos, sino por la mano potente de Cristo el Señor en el que ahora ponemos nuestra esperanza, para que se digne conservar y llevar a cumplimiento aquello que se ha dignado comenzar para su servicio y alabanza y para la ayuda de las almas. A ti, Padre Ignacio y a la Compañía del cielo, confiamos nosotros mismos para que confirmados en la fe, afianzados en la esperanza e inflamados en la caridad evangélica, podamos en todo amar y servir al Señor y renovar día a día nuestra oración de ofrecimiento: Tomad, Señor... |
31 julio 2008
Tomad, Señor
y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Todo mi haber y mi poseer. Vos me lo distéis. A Vos, Señor, lo torno. Todo es vuestro. Disponen a toda vuestra voluntad. Dadme vuestro
amor y gracia
que ésta me basta
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En un día como hoy, me gustaría felicitar a todos los que formáis la Compañía de Jesús.
ResponderEliminarDeseando que como S. Ignacio, seamos fieles a Aquel que entregó su vida por nosotros.
Ánimo con la tarea...