“Si Dios quiere, el próximo 28 de junio seré ordenado sacerdote junto con otros dos compañeros, Pablo y Sergio. En estos casi nueve años como jesuita he sentido continuamente a mi lado la presencia del Señor, ese “yo estaré contigo” que acompaña la vocación y misión de tantos personajes bíblicos. Los momentos buenos han sido mayoría, aunque, como en la vida misma, también haya habido momentos no tan buenos. | Sin embargo, lo que nunca me ha fallado ha sido la fidelidad de un Dios que, a pesar de mis fallos, mantiene su apuesta por mí. La ordenación sacerdotal no es el final de una etapa, sino el inicio de otra que se presenta apasionante, presidida por la misión de querer acercar a las buenas gentes de nuestro mundo al Dios de Jesús, un Dios Creador, fuente de la Vida, un Dios que arraiga, fortalece y dignifica” |
28 junio 2008
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