08 febrero 2008

Texto de Arrupe

“A cada uno en particular querría decir «tantas cosas»... A los jóvenes les digo: Buscad la presencia de Dios, la propia santificación, que es la mejor preparación para el futuro. Que se entreguen a la voluntad de Dios en su extraordinaria grandeza y simplicidad a la vez. A los que están en la plenitud de su actividad les pido que no se gasten, y pongan el centro del equilibrio de sus vidas no en el trabajo sino en Dios. Manténganse atentos a tantas necesidades del mundo. Piensen en los millones de hombres que ignoran a Dios o se portan como si no le conociesen. Todos están llamados a conocer y servir a Dios. Qué grande es nuestra misión: Llevarles a todos al conocimiento y amor de Cristo. A los de mi edad recomiendo apertura: Aprender qué es lo que hay que hacer ahora, y hacerlo bien. A los muy queridos Hermanos querría decirles también «tantas cosas», y con mucho afecto. Quiero recordar a toda la Compañía la gran importancia de los Hermanos. Ellos nos ayudan tanto a centrar nuestra vocación en Dios. Estoy lleno de esperanza viendo cómo la Compañía, sirve a Cristo, único Señor, y a la Iglesia, bajo el Romano Pontífice, Vicario de Cristo en la tierra. Para que siga así, y para que el Señor la bendiga con muchas y excelentes vocaciones de sacerdotes y hermanos, ofrezco al Señor, en lo que me quede de vida, mis oraciones y los padecimientos anejos a mi enfermedad”.

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