Celebramos hoy la fiesta de san Juan Berchmans, joven jesuita que murió al poco tiempo de entrar en la Compañía. Al leer su biografía, no te encuentras con situaciones extraordinarias que llamen la atención. Y quizás esto es lo que necesitamos en un tiempo en que todo tiene pretensiones de espectacularidad. Compartía una misma vocación con otros muchos, ser jesuita. Sin embargo, el camino que Dios dispuso para que así fuera, le llevó por derroteros de cotidianidad que pasa desapercibida. Bendito anonimato que nos hace uno de tantos, como a Jesús.26 noviembre 2007
Celebramos hoy la fiesta de san Juan Berchmans, joven jesuita que murió al poco tiempo de entrar en la Compañía. Al leer su biografía, no te encuentras con situaciones extraordinarias que llamen la atención. Y quizás esto es lo que necesitamos en un tiempo en que todo tiene pretensiones de espectacularidad. Compartía una misma vocación con otros muchos, ser jesuita. Sin embargo, el camino que Dios dispuso para que así fuera, le llevó por derroteros de cotidianidad que pasa desapercibida. Bendito anonimato que nos hace uno de tantos, como a Jesús.
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