06 junio 2010

En la Fiesta del Corpus

Cristo vaga por nuestras calles en la persona de tantos pobres dolientes, enfermos, desalojados de su mísera habitación. Cristo acurrucado bajo los puentes en la persona de tantos niños que no tienen a quien llamar padre... Cristo no tiene hogar. ¿No podremos dárselo nosotros los que tenemos la dicha de tener un hogar confortable y comida abundante...?

Este es mi último anhelo: que se haga una cruzada de amor y respeto al pobre... porque el pobre es Cristo, Cristo desnudo, Cristo con hambre, Cristo sucio, Cristo enfermo, Cristo abandonado. ¿Podemos quedar indiferentes? ¿Podemos quedar tranquilos?

San Alberto Hurtado, sj

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